sábado, julio 21, 2007

Lo vi y quedé Muti

El jueves en la noche mientras esperaba a mis amig@s que por estar viendo a la "rojita" se atrasaron para nuestra cita, me estuve paseando por 21 de mayo. Andaba muy poca gente en la calle, al parecer la gran mayoría estaba concentrada viendo como perdía la selección de futbol sub20, no estaba ni el Vadulli.

Subí y bajé muchas veces la calle, viendo caras familiares, a la señora del carrito, a los pacos y uno que otro café abierto... ah y los infantables chiquillos en los videos, al rato me encuentro con una cara familiar, tan familiar que no me llamó para nada la atención, era él que iba con su mujer y su hijo, al parecer vinieron a pasar las vacaciones de invierno a Arica, como si nada, siendo parte de paisaje cotidiano, tan normal y tan querido. Me vuelvo a cruzar varias veces, para sentir que es todo tan normal, por más que intento alborotarme, aunque la emoción es grande se siente en tranquilidad.

Cuando me encuentro con mis amigos les digo "me crucé con el Mario Mutis", "que buena onda él", "debe andar de vacaciones".
Foto 2: Muldo
Domingo 22 de Julio del 2007
Caminando por Pedro Aguirre Cerda hacia 18 de Septiembre aparece el aunto con el que estoy antojada: un mini rojo. Se detiene en el semáforo, aprovecho de mirarlo bien ... y oh! sorpresa otra vez el Mario Mutis, ahora conduciendo mi antojo.

lunes, julio 16, 2007

5, 4, 3, ...

Hay cosas que de tanto ser dichas y de tanto ser escuchadas se vuelven rutinarias, no provocan, no causan impacto, pero no por eso dejan de ser efectivamente ciertas e importantes. Eso me pasó con la frase que dice que sólo se valora lo que se tiene cuando se lo ha perdido y ahora pienso por qué cosas habrán pasado los que con tanto esfuerzo intentaron advertirme.

Por una combinación de cosas estuve temporalmente sin energía, sin salud y con poco oxígeno, algo inesperado, algo que me hizo caer en la cuenta de que hasta entonces había tenido buena salud, pero que ya no la tenía. Qué tremendo es tener que administrar poca energía! , calcular mis movimientos, lograr sólo el 20% de lo que quería hacer, no conseguir que mis ganas coincidieran con lo realmente era capaz de alcanzar. Qué increíble tener que calcular los pasos que podía dar y el tiempo que me iba a tomar descansar de ese esfuerzo !.

Mientras estuve vieja y cansada me alarmó la idea de que pudiera volverse permanente. ¿Cómo iba a seguir viviendo y disfrutando? ¿Cómo voy a seguir viviendo cuando en unos años más se haga permanente?.

Descubrí que no le temo a las arrugas – aunque no por eso dejaré de usar cremas-, descubrí que a lo que le temo de la vejez es a que se me “oxiden las bisagras”, no quiero tener que quejarme cuando me agache, no quiero no poder bailar, no quiero no poder llevar a mis niet@s en brazos, quiero seguir teniendo alegrías en el cuerpo, quiero tener más de 70 y movilizar a l@s viej@s y bailar un huayno, quiero usar collares, muchos collares de todos los colores y nunca pensar que todo tiempo pasado fue mejor.

En fin… decidí que además de la AFP me ocuparé de tener un buen estado físico y muchos antioxidantes, por cierto, el chocolate está lleno de ellos. (Gracias Quetzalcoatl por el don del cacao).

… Y lo más importante, lo más urgente: este año no me vuelvo a enfermar.

PS: me acordé de Roberto Matta, dicen que poco tiempo antes de morir un conocido le preguntó cómo estaba y él le contestó: 5, 4, 3,…