domingo, marzo 08, 2009

El Arte de ser Humana


Algunas generaciones de mujeres crecimos entre el mandato de comportarnos como señoritas y tener los mismos derechos de los hombres, con el tiempo algunas se fueron haciendo más señoritas y otras seguimos descubriendo a qué teníamos derecho. No había día en el que al menos un detalle dejara a la vista la injusticia de género y así terminamos, al menos yo terminé, convenciéndome que también era machista y no faltaron l@s que nos echaron la culpa... “porque las mujeres educan a los hijos y bla, bla, bla... “ negocio redondo... Y así decidí vivir a la defensiva pendiente de cada acto mío y de los demás, alerta a cualquier asomo de injusticia y así también me fui poniendo barreras...

Tuve la suerte de crecer con dos hermanas, el único varón de la casa era mi papá, así que el concepto de que algunos valen más que otras no cabía en mi casa, nunca se habló del niño que no llegó, nadie nos dijo que éramos chancleta y tuvimos que hacer todas las tareas que en otras familias hacían los niños, salir con el papá a trabajar, cargar muchas cajas, empapelar paredes...

Mi mamá era y es tan “fémina”, de pies a cabeza, ni un solo pelo de ella deja de anunciar que es mujer, esa fue mi salvación... pasé años, la terrible adolescencia, creyendo que la lucha por la igualdad era eso: tratar de ser iguales, fui una extremista... de muchos amigos y pocas amigas.

No se en qué momento desperté, quizás no fue un momento, tal vez fue un proceso, comencé por darme cuenta que había conversaciones que los hombres no entendían, descubrí que tenía cómplices –las amigas- . Me di cuenta que mi mamá, que siempre me pareció buena e inteligente, no por eso dejaba de percibirse inconfundiblemente como mujer... Entonces descubrí la libertad, me di permiso para ser como quiero, me visto de rosado o de celeste, como me de la gana y a veces no me visto. La libertad no es claudicar, es nuestro derecho a ser como esencialmente somos. Para hombres y mujeres queda mucho por lograr y para conseguirlo no es necesario ponerse un disfraz.

Foto: yo según la Nayra.