A propósito del Amor y la Amistad

En el diario El Morrocotudo han surgido conversaciones relacionadas con la identidad del Norte Grande chileno, principalmente con la identidad ariqueña y la influencia o adopción de costumbres bolivianas, básicamente el debate gira en torno a que algunos plantean que existe una identidad ariqueña que no tiene relación con Bolivia y otros quienes consideran que no es posible separar la cultura por los límites fronterizos.

Yo pienso que una de las principales características de Arica es la diversidad cultural, la que se ha construido no sólo en relación a los países vecinos, sino que también de algunos más lejanos que forman parte de Europa, Asia y Africa. Arica no comienza al anexarse a Chile, ese hecho puntual no es más que uno de tantos que han sido relevantes en la construcción de esta ciudad.

Y fue a propósito de estas cosas que me pregunté por qué yo no concibo a Arica sin bolivianos y dándole vueltas al asunto llegué a lo siguiente:

Mis hermanas y yo somos ariqueñas de nacimiento, sin embargo nuestros padres no lo son, cuando ellos llegaron a Arica, la primera casa propia que tuvieron fue en un barrio mayoritariamente de pampinos, salvo mi familia y los vecinos del lado que eran bolivianos, fue en ese barrio en donde pasé mi infancia.

Algunos años después mis padres decidieron irse de la ciudad, supuestamente para no volver, así que vendieron la casa y todo lo que estaba adentro, salvo nosotros mismos y la ropa.

No pasó mucho tiempo para que decidieran que lo mejor era volver, sin embargo después de haberse desecho de todo lo que tenían esa era una decisión difícil.

Se pusieron en contacto con la gente de Arica, entre esos nuestros vecinos que para ese tiempo habían regresado a Bolivia, ellos pusieron su casa a nuestra disposición por tiempo indefinido y gracias a eso pudimos volver a mi querida ciudad y vivir dos años en la que había sido la casa de al lado, sin tener que pagar nada.

Entonces, en gran parte, estoy en mi ciudad gracias a la acogida de los bolivianos. Por eso no concibo a Arica sin bolivianos,




por eso Arica, para mi, tiene sentido con bolivianos incluidos. Es gracias a ellos que esta no es sólo la ciudad donde nací, es donde tengo raíces fuertes, recuerdos que me atan y que me acompañarán toda la vida.